


JACQUELINE HERNANDEZ LIZARAZO
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DOCENTE
EXPERIENCIA SIGNIFICATIVA
Hace cuatro y medio Dios me dio la oportunidad de vivir una nueva y extraordinaria experiencia en mi vida, ser docente en el corregimiento de minas sector floresta, municipio de Chita, departamento de Boyacá.
Quizás a muchos les pasara igual que a mí, no tiene la más mínima idea de donde esta este lugar, cuando ya estaba por enterada que acá seria mi lugar de trabajo por pocos meses era mi pensamiento en esos momentos, me imagina un sitio muy diferente al que encontré; realmente siempre supe que era un sitio rural y no le vi mucho inconveniente pues también nací y fui criada en el campo.
Mis expectativas en esos momentos eran muchas, pensar que te vas lejos de tus seres queridos no es muy fácil, pero a la vez saber que vas a servir a una comunidad que necesita de uno es muy reconfortante.
En estas cortas palabras expresare lo significativa que ha sido esta experiencia en mi vida.
Recuerdo aun ese primero de Julio del año 2015, llegamos con algunos compañeros nuevos a la sede educativa José María Potier, trabajamos durante una semana en actividades de desarrollo institucional y luego comenzaría mi nueva aventura. Fueron algunas horas de camino para llegar a un sitio determinado que era hasta donde llegaba la vía, de hay sin conocer totalmente nada tendría que llegar a mi sitio de trabajo, camine alrededor de 2 horas acompañada de otro compañero, gracias a Dios hoy un amigo incondicional el cual sin conocerme siempre me brindo su apoyo.
Todo era tan diferente; no habían vías de transporte, ni fluido eléctrico casa de maneras y la gente un poco tímida, en ese momento de la vida ese mundo era tan nuevo para mí, pasaban los días y sentía que realmente no seria capaz de vivir ese nuevo reto en mi vida; pero también sabía que esta comunidad necesitaba de mi para educar a sus hijos y que si realmente esta era mi vocación podría llevar y sacar adelante esta nueva tarea que me había puesto la vida.
Poco a poco me fui adaptando al lugar, a las personas y sus costumbres, a la vez encontrando dentro de mí la vocación de ser docente de guiar y enseñar a la niñez que serán el futuro de este hermoso país.
Ser docente para mi es mucho mas que enseñar día a día y esperar que pase un mes para recibir una remuneración económica, para mi ser docente es algo que corre por tus venas, es más que enseñar guiar, orientar, ayudar a toda una comunidad para encontrar ideales y metas en la vida. Ser docente implica ser integro en todos los aspectos, aprender a ser padre, psicólogo, consejero y muchos roles mas para poder realmente ayudar y trabajar por tu comunidad.
Realmente puedo decir que Dios me puso en el lugar indicado para desarrollar mi potencial, aunque el mundo se supone que es igual, este lugar me ha enseñado que no todos tenemos las mismas oportunidades y las misma expectativas de la vida; acá se presentan muchas dificultades los padres no viven muy pendientes del estudio de sus hijos, son muy pocos los niños que tienen la oportunidad de continuar un bachillerato, la pobreza es más mental que económica, para que las clases se puedan desarrollar como deben ser se hace necesario que el docente cuente con todo el material necesario por que los niños no les compran los debidos útiles escolares, y se presentan como en todo lugar situaciones de conflicto. En el año 2018 tuve la oportunidad de escoger entre mi comodidad y la educación de estos niños tan aislados de la civilización y sin pensarlo tomé la decisión de seguir trabajando en esta comunidad y por estos niños.
Estas experiencias me han servido más que como docente, como persona para aprender a valorar las cosas que Dios nos ha dado, por que no todos tienen el privilegio de tener un hogar, una familia, una buena alimentación y sobre todo de tener el amor verdadero que te brinda un hogar.
Hoy después de pasar el tiempo, culmino un año mas de trabajo en este hermoso lugar, con esta comunidad que a pesar de todo he aprendido a querer y a valorar como si fueran mi familia; y puedo decir: Si Dios y la vida me dieran la oportunidad de volver a vivir esta experiencia sin dudarlo volvería a elegir este lugar. Que me enseño que la sonrisa de un niño no tiene precio, y para ser docente se requiere amor de verdad a lo que haces sin importar el momento, lugar o dificultades que se presentan.
PARA ENCONTRAR TU VOCACIÓN DEBES AMAR LO QUE ERES
“SER DOCENTE ES PASIÓN”